lunes, 28 de mayo de 2012

ETAPAS DE DEMANDA DE FEDERALISMO EN BOLIVIA


LAS  AUTONOMÍAS  RESPONDEN  AL  DIVORCIO  ESTADO-REGIONES  ESTADO-PUEBLOS QUE ES EL CAMINO AL FEDERALISMO

Las  autonomías  son  una  respuesta  a  las  fracturas  del  Estado  boliviano,  al  divorcio  Estado-regiones,  por  un  lado,  y  Estado-pueblos  indígenas,  por  otro.  Si  bien  en  Bolivia  el  debate autonómico,  la movilización y la acción colectiva en  torno a  la autonomía,  se han presentado con mucho énfasis en los últimos años, las primeras voces y acciones colectivas en torno a la descentralización, se registran hace 112 años.

Las  dinámicas  del  Estado,  de  sus  instituciones,  de  las  oportunidades,  de  la  movilización económica,  laboral  y  política,  en  torno  al  denominado  eje  central  del  país,  han  dejado  a  un conjunto de regiones marginadas de  la dinámica estatal y éstas exigen una recomposición de su estructura organizativa.

Otro  problema,  tiene  que  ver  con  el  desplazamiento  geopolítico  de  las  principales  dinámicas económicas, desde la década de los 70, hacia el Oriente, configurando un verdadero factor de poder económico, particularmente en Santa Cruz, asociado al gran comercio, a los servicios, a la actividad hidrocarburífera, a la agroindustria, al capital financiero; y hacia el sur del país, fundamentalmente, por la explotación de los recursos hidrocarburíferas, con énfasis en el gas, en el departamento de Tarija; situación que   configura un segundo grupo de regiones que se sienten con mayor poder económico, y consiguientemente, reivindican una recomposición en la distribución del poder político.

Esta  fractura  entre  el  Estado  y  las  regiones;  ha  justificado  en  diferentes  momentos  del desarrollo  histórico  social,  la  construcción  de  un  conjunto  de  proyecciones  en  el  imaginario colectivo de las poblaciones -especialmente del oriente boliviano- y la concreción de acciones de  lucha  por  la  descentralización,  a  veces  bajo  la  figura  del  federalismo,  otras,  de  la descentralización en abstracto, y contemporáneamente autonomía.

AUTONOMÍA  REGIONAL LA PRIMERA DEMANDA DE FEDERALISMO

En la historia republicana, los primeros indicios de la demanda por autonomía se remontan a la década de los 70 del siglo diecinueve.

1.- Insignes cochabambinos presentaron la primera propuesta de hacer de Bolivia un Estado Federal, sistema que, según el proyecto, permitiría que cada departamento detente amplias competencias en salud, educación y vialidad.  Lucas Mendoza de la Tapia, el escritor Nataniel Aguirre y Eliodoro Villazón, que luego fue presidente de la República, defendieron esta posición en la Convención Nacional de 1871. Y aunque fuera rechazada por las fuerzas centralistas, entre las que destacó el paceño, Evaristo Valle, sirvió para impulsar en 1872 y 1874, la reforma descentralista que permitió la validación y el fortalecimiento del régimen municipal.

Algunos historiadores recuerdan que, en esa misma vena, al finalizar la segunda década del siglo, quien luego también fuera presidente de Bolivia, Daniel Salamanca diseño un régimen descentralizado para Bolivia que fue aprobado en el Referéndum de enero de 1931.

2.- LOS IGUALITARIOS.- Otro hecho trascendental marca, sin duda, la historia de las regiones en su lucha por autonomía. En Santa Cruz de la Sierra, Andrés Ibáñez, secretario de la Prefectura conformó el “Club Igualitario” y defendió ideas de igualdad entre los hombres. El presidente Hilarión Daza ordenó su muerte “a mérito de que divulgaba teorías socialistas”.

Los “Igualitarios” declararon la federación el día de Navidad de 1876. La proclama decía: “… El día de su próximo triunfo será de los que la iniciaron, de los que han sufrido, de los que han gemido entre cadenas, de los que en vano han demandado igualdad y justicia…”. Los “Igualitarios” intentaron convencer al gobierno de Daza para que acepte su forma de federalismo. Pero estas acciones fueron reprimidas y el 1 de mayo de 1877, Andrés Ibáñez fue fusilado junto a sus compañeros de lucha. Tenía 33 años el día de su muerte.

3.- LA REVOLUCIÓN FEDERAL.- Esta página de la historia desarrollada entre 1898 y 1899, representó un cambio radical del eje de poder político, social y económico, aunque no determinó un cambio en la estructura de quienes lo detentaban. Coincidió también con uno de los momentos más difíciles de la relación entre la élite urbana y los indígenas.

La Paz fue en el siglo 19 la primera ciudad de Bolivia y con frecuencia sede de los gobiernos nacionales. Su dinámica como ciudad se vio respaldada por el nacimiento de la economía del estaño que desplazó el eje Potosí - Sucre al eje Oruro - La Paz.

La idea unitaria se apoyó en las precarias condiciones de infraestructura y escasa comunicación del país, la falta de presupuesto para un sistema federal y una necesidad de control férreo del gobierno sobre un territorio. Ante la imposibilidad de un acuerdo, el federalista Miguel Velasco pidió la postergación de la votación sobre tema tan crucial para la siguiente legislatura. Con el voto dirimidor de Lucio Pérez Velasco, la convención decidió la postergación. El tema nunca más volvió a tratarse en el congreso boliviano y Bolivia continuó como república unitaria.

MEMORÁNDUM DE 1904 DE LA SOCIEDAD DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS DE SANTA CRUZ

Redactado en septiembre de ese histórico 1904, año en el que Bolivia y Chile firmaron un Tratado Internacional tras la Guerra del Pacífico que incluyó la construcción del ferrocarril Arica – La Paz.

El memorándum advierte de la posibilidad de un desmembramiento territorial si no se integra al oriente con la construcción de un ferrocarril que lleve la producción cruceña a los mercados del país y no, como finalmente se hizo, con un ferrocarril que introduzca a los mercados bolivianos, artículos chilenos y peruanos en detrimento de la producción nacional.

La Conclusión del memorándum sostiene: “Pedimos ferrocarril, porque tenemos derecho a pedirlo, no para beneficio del Oriente, sino para el bienestar general de la República; porque nuestra conciencia y buena fe nos obliga a demostrar la verdad,  descorriendo  el  velo provincialista  que  cubre  los  ojos  de  nuestros  compatriotas  del Occidente”.

EL REFERÉNDUM DE BLANCO GALINDO QUE APRUEBA LA DESCENTRALIZACIÓN

El primer referéndum que registra la historia es del 11 de enero de 1931. La junta militar presidida por el general Carlos Blanco Galindo, convocó a la población para consultarle a cerca de nueve reformas constitucionales.

A través del voto calificado que sólo permitió la participación de los hombres, fueron aprobadas reformas a la Constitución Política del Estado orientadas a proteger derechos de los ciudadanos y modernizar las instituciones democráticas. Entre el recurso de habeas corpus; la improrrogabilidad del período del presidente y del vicepresidente de la República fijado en 4 años-; el sometimiento a la soberanía nacional de las empresas extranjeras que trabajen en el país y la incorporación del Contraloría General de la República como organismo constitucional; este primer referéndum también aprobó otras reformas históricas: la descentralización administrativa; la autonomía universitaria y la autonomía del Poder Judicial.

AUTONOMÍA  INDÍGENA

La autonomía indígena en Bolivia es centenaria. En el siglo 19 ya se escuchaban planteamientos y se veían acciones colectivas en torno a la descentralización y  la  autonomía.

El territorio indígena y la vida en comunidad son los dos pilares sobre los que se erigen los derechos colectivos indígenas.

Históricamente,  la  revolución  de  1952  reconoció  ciudadanía  a  los  pueblos  indígenas,  pero  lo hizo en condición de sujetos individuales, no como sujetos colectivos. El Estado republicano de manera  permanente  hizo  intentos  por  individualizar  a  la  población  indígena,  fragmentar  sus tierras y liquidar sus derechos colectivos.

Hitos de la autonomía indígena Jesús de Machaca en 1921, provocó un gran levantamiento que reivindicaba el reconocimiento de las autoridades originarias indígenas, el reconocimiento de la estructura organizativa propia de  los  pueblos  indígenas  que  siempre  han  existido,  que  se  han  mantenido  y  que  las conservaron pese a las largas estructuras de institucionalidad impuestas por la colonia primero y por la república después.

Tiahuanacu en 1973, difundió un manifiesto en el que  se  reformula  la  lectura de  la  realidad nacional. Los pueblos indígenas le dicen al  país que no solo  las contradicciones de clase son las que marcan el  rumbo de  la historia;  sino  también  las contradicciones étnico-culturales que emergen de las relaciones de colonialismo interno que el Estado republicano ha mantenido. Los indígenas a partir de ese momento, empiezan a proyectar la bandera de la autodeterminación.

San Ignacio de Moxos en 1990, desde allí emergió la marcha de los pueblos  indígenas por Territorio y  Dignidad.  Los  indígenas  Chimanes,  Sirionós, Moxeños denunciaron ante el mundo que sus bosques estaban siendo agredidos de manera sistemática, disminuidos por madereros y contrabandistas y reivindican sus bosques y su hábitat.

En 1991,  una  ley  ratificó el convenio 169 de  la Organización  Internacional  del  Trabajo. Fue el primer instrumento jurídico que reconoció derechos colectivos a los pueblos indígenas.

En 1994 se  incorporó en  la CPE  la categoría de Tierras Comunitarias de Origen y en el  texto constitucional se declaró al Estado como multiétnico y pluricultural.

En 1996 hubo dos logros muy  importantes: primero,  la  ley forestal que establece  la  integridad jurídica  del  derecho  al  pueblo  y  al  bosque,  y  tras  una movilización  de  100 mil  personas  que marchan  a  La  Paz,  se  logró  la  aprobación  de  la  ley  INRA  y  para  el  caso  del  oriente  se incorporan 16 demandas de titulación de Tierras Comunitarias de Origen.

En 1999 también suceden 2 hechos significativos: se discute la Ley de Participación Popular y la Legislación Municipal. Ese año, se planteó la categoría “autonomía indígena” como parte del ordenamiento político administrativo del país, a través del municipio.

El año 2002 se produjo lo más significativo. Vuelve a marcharse hasta La Paz.  Indígenas de tierras altas y de tierras bajas demandaron una Asamblea Constituyente.

Los hitos que se construyeron en el transcurso de los últimos años, en última instancia, sirvieron para lograr un Estado democrático, incluyente y con justicia social. Varios  derechos que hoy ya nadie discute porque están constitucionalizados.

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